viernes, 25 de junio de 2010

Published 9:39 by

Soberbia



"La soberbia es una alteración del yo natural"

Siendo soberbia y vanidad, dos conceptos diferentes, pero indisolubles en su aplicación en según que casos.

De este modo quiero encabezar este post para abordar un aspecto psico-social que he apreciado en las relaciones inter-personales que se dan en las empresas, sin distinción de cargo o responsabilidad, e incluso, sector.

Me explico

Esta situación actual de crisis esta provocando muchos ajustes en las empresas, sobre todo, por una carestía de recursos económicos, los objetivos empresariales se han acotado a 3 variables :

1.- Incrementar ventas (aperturando nuevos ámbitos comerciales, liquidando stocks en la consideración de outlet, realizando campanas vendedoras, promoviendo acciones de e-mail marketing combinadas con telemarketing)

2.- Reducir costes (identificando gastos superfluos, revisando escandallos, asignando nuevos tiempos de producción, minorando stocks, descatalogando productos no vendibles)

3.- Disponer de un equipo cualificado (centrando objetivos, re-asignando responsabilidades, promoviendo la polivalencia multifuncional, formando al personal)

Concretamente, en este ultimo objetivo empresarial es donde he apreciado esa "soberbia" mal interpretada, puesto que el "redescubrimiento del puesto de trabajo con la redistribución de tareas y nuevos objetivos del puesto" en muchos casos da lugar a una negociación sindicalizada para la cual no hay lugar.

La crisis no ha llegado al trabajador (antes llamado colaborador), puesto que en estos momentos se rescatan del diccionario las palabras "empleado" y "empleador".


El empleado quiere tener las máximas garantías para cobrar su nomina sin vulnerarse sus derechos, sin considerar la situación del empleador de falta de recursos económicos debido a la falta de ventas.

Las empresas que han querido (y quieren) capotear la crisis sin dar paso a un ere, solo pueden mantener un equilibrio de subsistencia si "todos" ponen de su parte.

Los ajustes y reducciones de jornada, los paros eventuales de producción, la congelación de las subidas salariales, etc ... Solo son algunas de estas alternativas creativas para mantener un equilibrio y continuar con la actividad de la empresa.

Cuando muchas veces aprecio estos actos de soberbia me pregunto cuantas dosis de humildad se necesitan para evidenciar en que punto se encuentra la economía mundial (ya que la nacional solo es un "efecto de la causa").

He encabezado el post con la indicación "alteración del yo natural" por no indicar que esta soberbia apreciada, vanidad, engreimiento, bravocuneria o demasía, esconden la percepción de la realidad.

O sea, en algunos casos quiero pensar que se trata de un pulso contra .... el empresario, la crisis, la dura realidad, ... Y el enfrentamiento a las convicciones de uno mismo con dosis de un mal orgullo interpretado.

Durante estos 2 últimos años en los que he estado realizando consultoría de crisis en diversas pymes, entre nosotros los consultores teníamos una máxima : "mientras mas altas las cotas de humildad apreciadas, mas posibilidades de remontar el negocio", indistintamente si se apreciaba ese cambio de actitud en el empleador como en los empleados.

Una empresa sin un buen equipo de trabajo difícilmente puede conseguir sus objetivos, o los conseguira a costa de mucho esfuerzo y un gran sacrificio patrimonial, ... siendo el resultante la subsistencia.

Pero una empresa con líderes o mandos intermedios soberbios, y una plantilla independiente que trabaja en grupo (que no es trabajar en equipo), sino reformula su planteamiento organizativo y no se toman unos cuanto comprimidos de humildad tienen los días contados, ... tantos como la disposición de recursos económicos y el mercado tarde en cerrar la empresa.

Así pues, mejor aplicarse unas cuantas dosis de humildad ayudara a capotear esta crisis, y ayudarse de buenas ideas.



Y para los que quieran tener otra visión, recomiendo consultar este blog sobre Los 7 pecados capitales.



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